El mundo de los verdaderos creyentes cristianos se acerca al humilde pesebre de Belén, donde se registró el portentoso milagro del advenimiento del Divino Jesús, Mesías, Luz y Redentor del Mundo.
El hermoso espectáculo de la Sagrada Familia: el casto José y la siempre Virgen María, progenitores terrenales del Salvador, por sublime mandato de nuestro Dios Jehová, rodeados de extasiados animales por humildes pastores, quienes guiados por la brillante Estrella de Belén, arribaron al sagrado lugar, después de haber recibido el mensaje celestial de la Natividad de Nuestro Señor de: "Gloria a Dios en las Alturas y Paz entre los Hombres de Buena Voluntad".
La esplendorosa e inmortal Navidad Panameña: Revestida de eternas y gloriosas tradiciones, elocuentes e irrefutables dogma y cánones religiosos cristianos, de bondadosas costumbres, de jubilosas cultura y folclor, muy propios de nuestra raigambre hidalga hispanoamericana, que felizmente heredamos de nuestros padres y nobles abuelos, nunca podrá ser erradicada del corazón y alma de nuestro pueblo, a pesar del constante acoso, lavado de cerebro y malévola distorsión que a través de todos los medios de comunicación social ejercen los intereses creados extranjerizantes y anticristianos tanto de afuera como de adentro.
Larga vida tendrá en el noble corazón y en los hogares istmeños el sonriente y bondadoso Niño Dios, quien es el gran y muy eterno personaje navideño por antonomasia, Luz y Verdad del Universo, quien da juguetes y múltiples regalos, a través de los regocijados padres, a nuestros alegres niños, quienes se han portado bien y ejemplarmente durante el año y le otorga salud y bienestar económico a los adultos creyentes en la excelsa doctrina de amor y hermandad, pletórica de justicia social que predicó el Divino Maestro.
Seguirán reinando en el seno de las hidalgas familias panameñas el Nacimiento o Pesebre, los sublimes villancicos navideños, las posadas, la comparecencia familiar y los templos católicos, evangélicos y de las demás iglesias cristianas, a fin de darle gracias sinceras a nuestro Creador, se efectuarán las tradicionales y panameñísimas cenas de la hermosa Nochebuena, con los acostumbrados platos nacionales, habrá regalos para todos y elevaremos una plegaria y otros brindarán por unas Felices Navidades y un Venturoso y Próspero Año Nuevo, y que impere en el mundo violento, atea y saturado de pecado y odio, la excelsa doctrina de amor y justicia del Niño Dios, nacido en Belén, antigua Palestina.
En esta noche de amor y paz, que cada sonrisa, cada adorno y cada regalo sean símbolos de fe, alegría y la mayor felicidad para ti y todos tus seres queridos. ¡Que tengas una magnífica Navidad y un maravilloso Año Nuevo!.