En muchos países, los pollos son las aves de corral por excelencia. Sin embargo, la cría de patos es considerada una actividad con perspectivas.
Las ventajas se tornan obvias cuando se reconoce en estas aves la capacidad de vivir en condiciones ambientales desfavorables, resistir enfermedades y parásitos y producir una carne excelente.
La cría intensiva de determinados tipos de patos se incrementó en diversas regiones del mundo. Desde hace siglos, europeos y asiáticos saben que el pato es uno de los animales domésticos más útiles y versátiles.
Para la producción de carne, la elección de una buena raza es un elemento básico. El pato Pekín se destaca entre las más aconsejables. Su resistencia a diferentes ámbitos y la capacidad que posee de alcanzar en poco tiempo su mayor tamaño (3, 200 kilos a los 77 días; tiempo de faena) lo ubican entre los primeros puestos dentro de la geografía típica de la cría de aves de corral.
Un error común que se comete con los patos es criarlos como si fueran pollos, cuando, a diferencia de éstos, prefieren permanecer la mayor parte del tiempo a la intemperie.
El corral debe ser lo bastante grande para impedir que la tierra se agote y para proporcionar la diversidad necesaria para que los patos puedan encontrar alimento por sí solos. Ofrézcales todo el espacio del que disponga, aunque cada ave debe contar con un mínimo de 12.5 m.
En general, requieren muy pocos cuidados. Existen razas para producir carne y otras para producir huevos, a diferencia de los pollos y las gallinas. Resulta muy difícil encontrar una raza que sirva para ambos propósitos. Si opta por una raza de carne, sea precavido: los patos son buenas mascotas.
Permita que sus patos formen parte del paisaje, al tiempo que los protege de los zorros y los roedores. Su refugio debe estar a salvo de las corrientes de aire y de los depredadores, y contar con un ponedero para que las patas pongan sus huevos. Aunque no es indispensable disponer de un estanque, sus patos serán más felices si se encuentran con uno. Además, es más probable que los animales se apareen si disponen de agua para nadar. Un estanque debe estar forrado con el fin de evitar que el agua se filtre y desaparezca (una capa de arcilla es un buen forro natural).