Hospitales, bomberos, y policías en estado de alerta en ciudades y carreteras, aguardaban en Panamá las fiestas de la tradicional Navidad cristiana, como si se avecinara una situación de desastre.
Afligidos por el predominio del consumismo sobre el recogimiento en familia, la exaltación de la codicia, el afán de lucro, la entrega al alcohol y otros vicios, los propios clérigos apelan a la cordura y recuerdan que el bíblico Jesús nació en un hogar pobre.
Día feriado por Decreto presidencial en los establecimientos públicos, ayer lunes amaneció también con escasa actividad laboral, salvo en mercados agrícolas y de comestibles, donde consumidores de última hora procuran lo esencial para la cena de Nochebuena.
En los hospitales públicos, sin embargo, el estado de "alerta verde" desde el amanecer hasta el próximo miércoles implica preparativos en salas de urgencia y alistamiento de personal médico semejante a la víspera de una catástrofe anunciada.
Autoridades sanitarias aguardan casos de quemados por estallidos de cocinas de gas, hornos descuidados, manejo de explosivos y fuegos artificiales, heridos de bala y atropellados en el tránsito.
Los bomberos, movilizados desde temprano, mantienen llenos los depósitos de agua de sus carros bomba y todo el instrumental para intervenir en frecuentes incendios previsibles en una noche de descuidos con velas, fogatas o conexiones eléctricas defectuosas.
EN ACCION
La policía puso en tensión sus efectivos para tratar de controlar reyertas, balaceras y, sobre todo, evitar los accidentes de tránsito por exceso de consumo de bebidas y drogas.
Voceros policiales recordaron que este año se cuentan 411 muertes en accidentes de tránsito, frente a 425 en el 2006 por esta época, por lo que hicieron un llamado a la cordura en las fiestas, con la esperanza de cerrar el 2007 con un menor número de víctimas.