La familia de Elizabeth Miranda, de la noche a la mañana, quedó sin nada. Ellos no tendrán una Navidad feliz.
Todos sus planes fueron arrebatados por el fuego que consumió su residencia ubicada en la Parcelación Don Bosco Nº2, en Pedregal, la noche del miércoles. Sólo quedaron escombros.
Un nudo en la garganta impedía que las palabras salieran de la boca de la joven madre que veía cómo el fuego consumía el producto del esfuerzo de toda su vida, junto a su esposo.
Cuando los camisas rojas llegaron, ya era tarde. Más del 80% de la residencia quedó completamente destruida.
Unas 10 unidades del cuerpo de bomberos acudieron al lugar a cargo del teniente José Valdés para sofocar el incendio, que presuntamente se inició, según la dueña de la casa, a causa de la grabadora que había quedado conectada a la corriente eléctrica.
Al momento del hecho nadie se encontraba dentro del hogar. Elizabeth estaba cuidando a su madre que está enferma, mientras su esposo laboraba. Al llegar a la escena de lo que era su casa, sólo encontraron carbón por todos lados y las llamas que permanecían incontrolables.
Solicitan ayuda al gobierno central y a la ministra de Vivienda, Balbina Herrera, porque no cuentan con absolutamente nada.