San Nicolás, Papá Noel o Santa no era blanco sino moreno, revela una investigación de la antropóloga Caroline Wilkinson, acerca de cómo era en realidad el santo turco del siglo IV.
El resultado de su estudio fue alarmante para unos y sincero para otros. Papá Noel no tenía la barba abultada con la que ahora se ve; su piel no era blanca, era moreno. Su nariz era chata, sus ojos color marrón, tenía una mandíbula grande y se presume que su estatura no sobrepasaba el metro con 52 centímetros. Incluso, asegura Wilkinson, era calvo.
Wilkinson, al servicio de la Universidad de Manchester (Inglaterra), recopiló estudios del santo hechos por varias personas, entre ellas un especialista que en 1950 logró acceder al cráneo de San Nicolás, aprovechando el lugar donde sus restos reposan, la cripta de la Basílica de San Nicolás, en Bari (Italia).
Tras obtener esos datos, Wilkinson recurrió a métodos específicos para dar con la forma de la cara de Santa Claus, como también se le conoce. "Introdujimos por ordenador arcilla a las partes que uno no puede acceder físicamente y, como no teníamos el cráneo, tuvimos que recrearlo. Creemos que es lo más cercano a lo que él fue".