Cuatro soldados estadounidenses y siete iraquíes murieron en las últimas horas en Irak, donde las fuerzas norteamericanas tratan de esclarecer el ataque del martes contra su base en la norteña ciudad de Mosul.
Al oeste de Bagdad, murió un soldado estadounidense al estallar una bomba artesanal. Más tarde, tres marines de Estados Unidos perecieron en la provincia de Al Anbar, al oeste de Bagdad. Los soldados muertos son los primeros caídos desde el ataque contra una base norteamericana en Mosul que causó 18 muertos y 69 heridos.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, general Richard Myers, dijo en rueda de prensa que el ataque fue una operación suicida cuando, en principio, las autoridades norteamericanas hablaron de un ataque con cohetes.