La perforación del cráter de Chicxulub, ubicado en el sur de México y creado por el impacto de un meteoro o el núcleo de un cometa hace 65 millones de años, podría arrojar alguna luz sobre la extinción de más de la mitad de las especies del planeta.
Jaime Urrutia, director del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coordinador del proyecto de perforación, explicó hoy en entrevista con EFE que el cráter de Chicxulub, situado en la península del Yucatán, es una de las últimas esperanzas para conocer qué pasó en la Tierra hace 65 millones de años.
Después de cerca de dos años de estudios, expertos mexicanos iniciaron recientemente la perforación del cráter, de más de 200 kilómetros de diámetro, la mitad en el mar.
En el proyecto, que tiene un presupuesto cercano a los 2 millones de dólares y es financiado por el Programa Internacional de Perforaciones Continentales, la UNAM y las autoridades científicas mexicanas, participan expertos de 40 universidades de México, España, EEUU, Canadá, Holanda, Alemania, Reino Unido, Japón, Sudáfrica, República Checa, Finlandia, Francia y Austria.
En el mundo sólo hay dos cráteres de un tamaño comparable al de Chicxulub, en Canadá y Sudáfrica, pero están muy erosionados porque surgieron hace más de 2.000 millones de años, lo que ha dificultado su estudio y ha impedido conocer su estructura original, señaló Urrutia.
El cráter mexicano, dijo, "es una de las estructuras geológicas más interesantes en el mundo y está muy bien preservado porque el impacto ocurrió en una zona muy estable, sin volcanes ni erosiones, lo que la convierte en territorio ideal para el estudio". "Es uno de los únicos en el mundo con condiciones para ser estudiado. |