El Gobierno de Bolivia denunció ayer la existencia de un plan de la extrema derecha para que un campesino indígena asesine al presidente Evo Morales durante uno de los multitudinarios actos públicos en que participa casi cada día.
El ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, confirmó así en una conferencia de prensa la revelación hecha el domingo por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien denunció que la oposición boliviana ha puesto en marcha planes para matar a Morales.
"Los organismos de inteligencia del Estado recibieron información sobre planes que se estarían trabajando en relación a un magnicidio (...) de organizaciones de extrema derecha", dijo Rada.
Cuando fue consulado por las pruebas de que dispone, Rada no quiso dar detalles y afirmó que una máxima en materia de seguridad dice: "cuanto menos se sepa sobre lo mucho que se sabe, mejor".
Aseguró que el plan consiste en que al Presidente lo mate, a cambio de dinero, "una persona de extracción popular o campesina", con lo que se buscaría "desorientar a los servicios de seguridad" ya que esos sectores conforman el grueso de las bases de Morales.
También señaló que el lugar previsto es el occidente del país o la provincia cocalera de El Chapare (centro), donde están concentradas las mayorías indígenas del país, sector en el que el presidente tiene un apoyo casi unánime.
Rada detalló que el momento elegido sería una de las multitudinarias concentraciones que con sus seguidores celebra casi cada día el Presidente.
Según Rada, una vez realizado el magnicidio, éste se pretendería justificar diciendo que "el presidente habría traicionado a las bases sociales campesinas que lo llevaron al poder al haber llegado a acuerdos con la derecha".
El ministro comentó que "se han redoblado los esfuerzos de seguridad del primer mandatario" al menos desde el pasado sábado, durante el acto de declaración del país como libre de analfabetismo, donde estuvo el presidente de Paraguay, Fernando Lugo.