Glenda Galán, una ciudadana de este país, denunció que fue víctima de "la salvajidad" de un policía.
Contó que el pasado lunes, a las 6: 30 p.m., ella estaba con su bebé de 3 años, otro de 7 meses y un niño de 9 años en el centro comercial Los Andes, dentro de un almacén donde se cayó un adorno de B/.4.00. El seguridad del almacén se acercó, y sin dejarla hablar le dijo groseramente que tenía que pagar el artículo.
Ella intentó explicar, pero él no se lo permitió y se la llevó a la garita de la Policía que está en ese centro comercial y un sargento que tiene una mancha roja en la mejilla tampoco la dejó hablar y le exigía que pagara el adorno o iría presa. Ella intentó hablar pero el policía la esposó delante de sus hijos quienes se alarmaron, a lo que el sargento la tiró al piso, le puso la rodilla en el pecho, la golpeó y le apretó las esposas.
Luego la hizo firmar un papel diciendo que el policía no la había agredido, de lo contrario, haría que la sancionaran con 90 dólares por irrespeto a la autoridad.