La Asamblea Nacional aprobó ya el proyecto de reformas a la Caja de Seguro Social (CSS), cerrando así un capítulo convulsionado del año que termina.
Tras promover un proyecto inconsulto que generó una huelga militante a mediados de año, el gobierno dio un paso atrás y convocó a un diálogo nacional teniendo como garantes a las diversas denominaciones religiosas. El trabajo realizado por diversos sectores trajo consigo un mejor proyecto que la ley 17.
Sin duda que la nueva legislación golpea en algún grado las economías de obreros y empresarios, pero en menor grado que la ley 17. Se aumenta la cuota obrero patronal en 4 por ciento y se establece un aporte anual progresivo del Estado, que oscila entre 75 millones y 140 millones de balboas.
También se contemplan un incremento progresivo en la densidad de cuotas, que sería de 20 años de cotización para que los futuros cotizantes puedan acceder a una jubilación. La edad de jubilación se mantiene en 57 años las mujeres y 62 años para los hombres, pero se establece un sistema de dos pilares, que garantiza una pensión básica y otra preveniente del ahorro individual.
La nueva legislación debe entrar en vigencia a partir del 1 de enero y busca frenar el déficit actuarial del programa de Invalidez, Vejez y Muerte, que hoy se ubica en 5, 000 millones de balboas. Ojalá que las propuestas logren ese propósito para que no tengamos dentro de pocos años introducir nuevas reformas que provoquen nuevas movilizaciones y huelgas de los sindicatos.