Una vereda que une el sector de Los Altos con el residencial Vista Alegre, en Arraiján, se ha convertido en un peligro inminente para los residentes, por la falta de luminaria y los crecidos herbazales en sus extremos.
El camino, que es el cruce que une las dos urbanizaciones, es utilizado como un paso obligado para trasladarse de un sitio a otro, pero por la muy escasa rondas policiales y otras condiciones ambientales desfavorables se registran constantes atracos en perjuicio de la tranquilidad de los habitantes.
Irasema Barrios contó que tuvo una amarga experiencia en días pasados a eso de las 7 de la noche. Caminaba por la vereda desde su casa para dirigirse hacia donde una tía, cuando de pronto entre la maleza le apareció un sujeto extraño y la despojó de su celular.
No conforme, dice la denunciante, el delincuente le tocó sus partes íntimas; además que tenía intenciones de ultrajarla, pero como pudo se escapó y salió corriendo gritando con desesperación, relató.
Por su lado, Manuel Gutiérrez recordó que por más de 20 años el camino ha estado abandonado. Los propios moradores han tenido que encargarse de limpiar la hierba, que durante la estación lluviosa crece más rápido.