Después de recorrer una hora y 20 minutos desde la comunidad de Tolé en la vía Interamericana con destino hacia la ciudad de David, hay una venta clandestina de pericos y loros.
La mayor parte de este negocio se registra a la altura de la comunidad de Las Vueltas, donde las personas se colocan a un lado de la vía Panamericana a vender estos animales.
Lo interesante del caso es que afirman los compradores que ya no quieren llevar estos animales para la casa, porque les ofrecen unos loros de la flor amarilla y de colores completamente extraños que, al llegar a la casa y después de bañarlos, se les comienza a caer el producto que utilizaron para pintarlos.
Se pierde la flor amarilla y se convierte en roja, o simplemente no es sólo el mismo plumaje verde.
Se trata de unos animales que llegan a costar hasta 30 dólares, dependiendo del cliente y la época de venta.
Los loros y pericos los agarran recién nacidos y los comienzan a criar hasta que estén para la venta. Los mayores compradores son personas que proceden de la ciudad capital y llegan a Chiriquí .
La curiosidad de pintar los loros data de muchos años y cada vez las prácticas continúan siendo más constantes, al punto que Boris Chávez, quedó decepcionado cuando vio como se le caía el color amarillo al perico cuando lo bañaron y la sonrisa de su hija de siete años, se desvanecía.