EDITORIAL
Inspecciones
El desplome de uno de los muros que sostendrían uno de las pasos vehiculares de la extensión del Corredor Norte, pone en entredicho la capacidad del Ministerio de Obras Públicas, para inspeccionar las obras contratadas por el Estado.
El derrumbe cobró la vida de tres niños. Lo insólito es que hace cinco meses, los técnicos del gobierno aplaudían el hecho que la empresa PYCSA había sobrepasado el diseño aprobado por el Ministerio de Obras Públicas y por ende era más que segura la estructura.
La pregunta que se hace el común de los panameños es cómo se hacen las evaluaciones e inspecciones de esos proyectos.
Todos recordamos que hasta finales de la década del sesenta y parte de la del setenta, el Ministerio de Obras Públicas construía las carreteras. Luego, los gobiernos optaron por contratar a empresas privadas para desarrollar dichas obras.
A pesar de esa situación, la burocracia del MOP se mantuvo intacta. Lo lógico era que existiera más personal dedicado a la inspección de las obras para garantizar la inversión de los fondos estatales, pero lo sucedido con la extensión del Corrredor Norte, demuestra lo contrario.
Ya la misma constructora mexicana había enfrentado problemas con el desplome del puente de acceso del Corredor Norte, ubicado frente al Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja del Seguro Social.
Cómo es posible que personas humildes sin mayor preparación advirtieran el peligro de un alud en el área del colapsado muro de Las Palmitas y los técnicos del MOP, se la pasaran alabando las bondades de la estructura.
Lo sucedido merece una investigación profunda y tanto el gobierno como la compañía PYCSA deben indemnizar adecuadamente a los familiares de los niños que han visto truncadas sus vidas.
PUNTO CRITICO |
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