El profesional estuvo recorriendo con la vista los anaqueles. Su mente hacía cálculos con rapidez y los resultados no eran los que deseaba.
Debía dar varios regalos para Navidad. Aunque tenía un buen salario, también era cierto que estaba lleno de obligaciones y deudas.
Por eso actuaba con precaución en la llamada "gastadera de diciembre".
Suspiró y pensó que ojalá pudiera irse al exterior... y no dar ningún regalo. Pero eso era imposible, ya que se buscaría el odio de muchos amigos y conocidos.
En otro lugar la situación era parecida, aunque el personaje distinto.
Se trataba de una humilde secretaria, con un sueldo que apenas pasaba el salario mínimo. Ella también tenía quedar varios regalos navideños, que afectarían su presupuesto.
Para muchos panameños los regalos navideños son algo que causa estrés y afecta el bolsillo.
Y como están de caras las cosas, el asunto es peor.
Añada a esto que a veces no conseguimos que nuestros regalos sean bien recibidos. Incluso algunos se enojan...
"¡Qué regalo más pobre, con tanta planta que tiene fulano", puede exclamar más de uno en estos días.
Es que el regalo navideño se ha convertido para ciertas personas en señal de status, o situación social.
Hay quienes piensan que el costo de un regalo señala el aprecio que le tiene esa persona. Si cuesta poco, lo estima poco...
Por eso no le extrañe que algunos regalen objeto simbólicos, como artesanías, artículos confeccionados a mano, o cosas curiosas.
No siempre se podrá saber el gusto de todas las personas que recibirán sus obsequios navideños.
Es aconsejable que usted regale según sus posibilidades económicas.
Ahora con el llamado "dinero plástico", tenga precaución con "golpear" su tarjeta de crédito. Recuerde que a fin de mes deberá pagar sus deudas, aunque sólo sea una parte.
Eso de endeudarse por meses para quedar bien como "regalador", no es aconsejable.
Lo peor es que a veces sus regalos no son estimados. Recuerdo a un ejecutivo muy ocupado, que nunca abría sus regalos. Eso lo hacía su secretaria y él no se enteraba quién le había dado qué.
Eso ocurre también con la compra de los obsequios. A veces el buen o mal gusto de los regalos no es de la persona, sino de otra que tuvo ese encargo.
Diciembre debe ser un mes de felicidad y amor. Los regalos son objetos en fin de cuentas, que pueden no tener ningún significado.
