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La imagen personal depende de nuestras relaciones personales, laborales y profesionales.  |
La comunicación es el acto central de la vida. Para el médico, el jefe, el abogado, el educador, el vendedor, el que busca trabajo y el ejecutivo de un organismo internacional, es decir, para todos, el proceso de la comunicación es un proceso decisivo.
Hoy día el preocuparse por la imagen ha dejado de ser una particularidad del egocentrismo para ser un asunto de respeto para con los que me rodean. Creo que no resulta muy agradable estar cerca de una persona que emane aromas extraños o que su aspecto afecte hasta la percepción de nosotros mismos en los demás. Por consiguiente el anfitrión, el vendedor o el educador, entre otros, se presenta bien por respeto y consideración a quienes atenderá.
DEPENDE DE MUCHO
Adicionalmente, de la imagen personal y la buena impresión que proyectemos de nuestra personalidad ante el público, dependen nuestras relaciones personales, laborales y profesionales.
Para tener éxito, los ejecutivos y empresarios deben ser buenos comunicadores. Muchas personas inteligentes no se dan cuenta del aspecto que tienen, ni de su manera de hablar cuando establecen nuevas relaciones, lo que repercute directamente en el grado de éxito que registren en sus actividades.
Son muchas las preguntas que nos hacemos cuando queremos causar una buena impresión. ¿Qué ropa me pongo? ¿Qué me conviene decir para crear un buen ambiente? ¿ Cómo sabré si mi proyección es correcta? En el rápido ritmo de un día laboral se pueden ganar o perder negocios, hacer o destruir carreras, establecer o romper relaciones y todo en cuestión de minutos.
UNA TéCNICA INFALIBLE
La sonrisa es la expresión facial más importante para la comunicación, establece puentes de comprensión y tolerancia que rompen con la rigidez de determinada situación. Otro elemento fundamental que está en la expectativa de todos es la mirada; sólo con ella podemos evaluar a los que nos rodean, demostrar lo que sentimos, invitarlos, desanimarlos e incluso dominarlos.
También debe tener presente que sus movimientos están estrechamente relacionados con el grado de relajación o tensión del cuerpo y quienes le observen lo notarán.
Janet Elsea, en su obra titulada: "La primera impresión", plantea que en los encuentros cara a cara, uno no dispone de más de cuatro minutos para causar una buena impresión, ya que las personas tienden a concentrarse en lo que ven de manera consciente o inconsciente. Agrega que las primeras impresiones dependen de las cosas que la gente observa en uno durante esos primeros minutos, que son los decisivos. Influyen la apariencia, las expresiones faciales, los movimientos, el tono de voz ,las palabras e inclusive nuestra manera de escuchar, que es a final de cuentas lo que determina la contraparte en el proceso de comunicación y que ofrecen poder y credibilidad. Tener en cuenta lo que decimos y cómo lo decimos, el adecuado contacto visual, nuestro entusiasmo y movimientos corporales determinarán nuestra elocuencia.
ESCUCHAR PARA TRIUNFAR
El escuchar es el componente definitivo de la lista de elementos que contribuyen a dar una primera impresión positiva, es una habilidad que se puede aprender y practicar. Usted puede incrementar su poder de comunicación. Puede hacerlo usted mismo, apoyarse en un experto o trabajar en equipo con personas que compartan un genuino interés por desarrollarse integralmente. Como escribió una vez Robert Louis Stevenson: "Ser lo que somos y lo que somos capaces de llegar a ser es el único objetivo de la vida". |