El Consejo de Gabinete decidió posponer la decisión en torno a la designación de los dos nuevos integrantes de la Corte Suprema de Justicia, que a partir del 1 de enero deben reemplazar a los magistrados Adán Arnulfo Arjona.
Todo indica que no hay consenso entre los integrantes del equipo ministerial en torno a quiénes deben llegar a la máxima Corporación Judicial. El tiempo sin duda actúa contra los llamados "ungidos" que desde antes de que se hiciera la preselección de los 71 aspirantes, sonaban para magistrados.
El debate en el seno del Gabinete debe ser amplio y sin forzar situaciones. Los ministros deben exponer con libertad los pro y los contra de las figuras contempladas para la Corte Suprema y estar consciente que sus escogidos serán sometidos a un intenso escrutinio tanto de la opinión pública como de los diputados.
La justicia es el pilar en un país. Si en verdad se quiere que el país cambie no se puede andar designando amiguitos o copartidarios sin mayores méritos. Lo que se debe tener en cuenta es el profesionalismo, trayectoria, capacidad, honestidad y que sea una figura que al momento de dictar un fallo actúe con independencia y apego a las leyes y la Constitución.
Por años se ha cuestionado a la justicia panameña, pero lo bueno y lo malo no está en la institución, sino en los hombres y mujeres que la integran. El nuevo gobierno tiene la oportunidad de hacer la diferencia y un paso sería una buena designación en las vacantes que se producirán en el Organo Judicial.