C on cara seria el experto en armas nos dijo: "las armas no matan... ¡los que matan son las personas!" Esta frase la escuché hace más de veinticinco años, de boca de un dueño de armería. Éramos varios los fanáticos de las armas, que escuchábamos sus consejos. A cada momento pienso en esta frase, cuando algún "genio" nos dice que hay que limitar la existencia de armas en manos de gente decente, para evitar la violencia. Pero se queda callado ante la gran cantidad de armas ilegales en los maleantes.
Este pensamiento también lo escuché hace medio siglo, pero no se refería a armas, sino al machete.
"Sirve el machete para que el hombre del campo corte la mala hierba, derribe arbustos, se defienda de las culebras... Pero también lo pueden utilizar para ¡matar!" ¿Tiene la culpa el machete que sea mal usado? Por supuesto que no.
En aquella época muchos asesinatos y heridos en el interior eran con machete, que se había convertido en un arma mortal.
Actualizando la situación, podemos decir ahora que las computadoras no son responsables de los "virus" que dañan las memorias. No trasmiten mensajes obscenos y mal intencionados. Por supuesto que nada tienen que ver con las variadas estafas que circulan por el ciber espacio.
Haciendo una comparación algo "odiosa", puede alegar "que la pluma de un periodista no tiene la culpa de su mala conducta".
Todos estos instrumentos no tienen vida propia, ni voluntad. Dependen de un ser humano que las utilice según sea su intención y propósitos (buenos o malos).
Así que no le echemos la culpa de situaciones violentas y negativas a las máquinas, no importa de qué tipo sean.
Tener esa actitud nos indica una de las características de ciertos panameños. No quieren aceptar que ellos son culpables de sus errores y problemas. Buscan a qué o a quiénes culpar de sus errores.
Recuerdo hace años que unos estudiantes que fueron sorprendidos con trabajos idénticos (copiados), sacaron a relucir una excusa de ese tipo.
"Es que la computadora se confundió y nos puso el mismo texto", dijeron sin ningún sonrojo.
Claro que ese cuento no evitó la mala nota de estos aViva, Crítica en Líneatos.
Tal vez esta situación se da más de la cuenta en Panamá, porque padres, escuelas e iglesias, no insisten con los niños de lo bueno que es aceptar errores y limitaciones.
Aunque es común la frase de que "errar es humano", al parecer es más fácil que fue una máquina la culpable del asunto... (como pasa en algunos súper).