Atrás quedaron las coronas de ramas secas o plantas naturales, bolas de Navidad, lazos y frutas secas que adornaban la entrada de nuestra casa. Este año, las coronas que adornan las puertas están elaboradas con bolas, luces o adornos que tradicionalmente estaban asignados a los árboles navideños.
Los colores son diversos, entre los que se destacan los tonos fluorescentes y brillantes que cautivan las miradas de los visitantes y las personas que pasan frente a tu casa.
Es signo de poder y dignidad de las personas que habitan en la vivienda, además son símbolo de la vida eterna según las tradiciones internacionales.
La corona suele colocarse en la puerta de la entrada principal y en las ventanas para darle mayor vistosidad.
La corona, que procede del Norte (países escandinavos, Alemania), tiene además raíces simbólicas universales: la luz como salvación, el verde como vida, forma redonda como eternidad.