La enfermera Lidia Atencio venció a la muerte. Fue uno de los pocos sobrevivientes del infierno que el 23 de octubre se desató en el autobús 8B-06, que cobró la vida de 18 pasajeros.
Después de 45 días de permanecer recluida en el Hospital Santo Tomás, Lidia fue dada de alta y podrá celebrar con sus hijos el Día de la Madre.
Como una verdadera madre guerrera, Lidia reveló que luchó por sus niños y su familia, que son su inspiración. A su salida dio gracias a Dios y al pueblo que se preocupó por su condición.
Su rostro ha sido reconstruido tras las quemaduras que sufrió, aunque en sus manos aún se observan los efectos de éstas. Pero lo más importante es estar viva para recibir este 8 de diciembre su mejor regalo: con sus hijos y su familia.