A los panameños se les ha enseñado a ser consumidores natos, los cuales tradicionalmente tienen el afán de acudir, cada quincena, a los centros comerciales con el fin de adquirir productos diversos y no necesariamente lo más importante.
No vale la cordura, pues comprar la ropa de moda, el televisor más grande o los juguetes que pide el chiquillo, ciegan a los clientes de poco o mediano poder adquisitivo.
Por supuesto, la llegada del mes de diciembre abre la temporada más agitada en las ventas de Panamá, cuando miles de ahorristas sacan sus dineros guardados con tesón por 12 meses, mientras que otras personas reciben el Décimo Tercer Mes.
Pero este diciembre no se pinta bien. La inflación crece sin pasar todo por el denominado "boom" económico debido a la ampliación de Canal de Panamá, se encarecen los precios de los productos y servicios, se empequeñecen los salarios y la gente queda ahorcada en deudas.
Ha llegado el momento en que los panameños debemos dejar atrás la actitud de gastar nuestros ahorros cada mes de diciembre. Hoy hay que guardar, para obtener mejores beneficios con el dinero.
Si, es verdad que queremos hacer una cena de Noche Buena con pavo, jamón, ron ponche, rosca de huevo y frutas, de que hay que comprar el arbolito canadiense, los adornos de la casa, las luces para iluminar con colores estas fiestas y dar regalos a los familiares o amigos.
Pero la realidad es que todo ha cambiado. Es mejor ir pensando en comprar dos pollos grandes, una libra de papas, una lata de remolacha, arroz, frutas y quizás un dulce para celebrar la Navidad y el Año Nuevo 2008 de forma humilde, alegre y sin tantos lujos.
No dejes que el consumismo y el materialismo que agobie. Viva, Crítica en Línea estas festividades con humildad, tanto en el corazón y salvaguardando el bolsillo.