Las dos muertes violentas de cantantes gruperos mexicanos sucedidas este fin de semana elevan a al menos cinco las bajas sufridas en los dos últimos años por intérpretes de este género popular, a menudo ligado en sus letras al narcotráfico y el crimen organizado.
Él último suceso fue el secuestro y asesinato del conocido vocalista del grupo K-Paz de la Sierra, Sergio Gómez, cuyo cuerpo fue hallado ayer en un camino rural del poblado de Chiquimitío, en el estado suroccidental de Michoacán.
El intérprete, quien recibió amenazas para que no actuara en Morelia, la capital de Michoacán, fue secuestrado en la madrugada del domingo junto a dos representantes de la banda por hombres armados.
Ambos fueron liberados más tarde, no así Gómez, cuyo cuerpo fue hallado con signos de tortura e identificado este lunes por la fiscalía estatal.
La policía maneja varias hipótesis, entre ellas la venganza o el cumplimiento de una amenaza.
El domingo también perdió la vida Zayda Peña, vocalista de 28 años de Zayda y Los Culpables, quien fue rematada en un hospital de la ciudad de Matamoros, en el estado norteño de Tamaulipas, donde fue intervenida de un disparo recibido un día antes.
La interprete de "Tiro de gracia" sufrió un disparo por la espalda en un motel, en un suceso en el que fallecieron dos personas, una amiga de la cantante y un empleado del inmueble.
Aunque el ataque no resultó mortal, un sicario burló posteriormente la seguridad del centro hospitalario donde era atendida y acabó con la cantante con al menos dos balazos en el rostro. Posteriormente se dio a la fuga.
La música grupera es uno de los géneros más populares en México y se caracteriza por los "narcocorridos".
FATALES: 24 MESES
Los músicos gruperos han sufrido bajas durante dos años. Las autoridades no han logrado encontrar los culpables de estos lamentables hechos.