Un poco de apoyo y comprensión, pudo haber cambiado el triste final de esta canción: "Cuando Agosto era 21, la encontraron boca arriba, con la mirada perdida y su viejo delantal, y en el bolso de colegio dibujado un corazón, que decía tú y yo… los que juzgan, no han sentido el amor, el dolor y en el vientre unos latidos…".
Este tema de 1987 interpretado por el chileno Fernando Ubiergo relata la vida de una adolescente que salió embarazada y el temor de enfrentarse a una sociedad, la llevó a suicidarse. ¿Te has preguntado qué sería, si todas las chicas embarazadas acabaran con su vida?
Las estadísticas aseguran que cada tres de cinco familias posee una adolescente (12 a 18 años) embarazada. Puedes imaginar el dolor y desesperación, que sentirías, ya que una de ellas, puede ser tu hija.
Este escrito no trata de premiar o justificar a las madres adolescentes, sino de darles apoyo, ya que ellas no tomaron el camino más fácil como es el aborto o suicidio, sino que decidieron por la dura tarea de ser madres.
SIN NADA DE MARAVILLAS
Lili, (nombre ficticio) es una chica de 17 años que dio a luz a los 15 años, un hermoso bebé. La adolescente de cabellos ondulados y mirada tímida, nos confesó que recordar su pasado es fácil, ya que su madre todavía vive recalcándoselo... claro su posición económica no es la mejor, y le ha tocado a su progenitora mantenerlos.
Aseguró que al darse cuenta que estaba embarazada, trató de ignorarlo, como si nunca se fuera a notar... "no sabía lo que hacía". Además el padre de su niño era un hombre casado, y como si fuera poco, busero, que le repitió que no quería problemas con sus padres. "Me propuso ayudarme a perder el bebé, ya que él tenía suficientes hijos . Tuve miedo y por ello decidí olvidarme del tema y pensar que nada había pasado, hasta que mamá, lo notó".
Sus dificultades, para qué las contaré si la conocen muy bien. O no han visto a una vecina, sobrina o hija sufrir por no poder con el peso o simplemente, llorar diariamente, porque el mundo se resigna a rechazarla.