Muchos productores olvidan guardar o preservar los medicamentos, y es que estos, si no son bien cuidados, pueden perder su efecto terapéutico y dan al traste la inversión realizada.
En consecuencia de esto, los productos no deben ser expuestos al sol, aquellos que requieran refrigeración deberán ser conservados adecuadamente, no deben ser colocados cerca del fogón o de la cocina donde hay mucho calor, debe utilizarse una aguja para extraer la dosis necesaria, así como utilizar jeringuillas, preferiblemente estériles o desechables. Por ninguna razón deben reembasarse los productos, ni mezclar uno con otro, a menos que sea orientado por un médico veterinario. Si bien los biológicos (vacunas) serán utilizados para prevenir enfermedades, estos se comprarán para su uso inmediato y una vez abierto el frasco, el mismo al concluir la vacunación, se enterrará o desechará en un lugar seguro que no interfiera con la contaminación del ambiente. Por ninguna razón, las dosis que no se utilizaron y quedaron en el frasco se usarán posteriormente.
Finalmente, el botiquín debe ser de un material resistente y se colocará en un lugar seguro, lejos del alcance de los niños y que no le entren ni los rayos solares, ni esté expuesto al calor.