Varios municipios del norte de México, afectados por la violencia y las amenazas del crimen organizado, empiezan a sufrir el exilio de sus habitantes y lucen desiertos cuando cae la tarde, cierran los negocios y la gente se resguarda en sus casas como si de un toque de queda se tratara.
El estado más afectado es Tamaulipas, fronterizo con EE.UU., donde en municipios como Ciudad Mier y comunidades cercanas a la capital, Ciudad Victoria, como Padilla, Jiménez, Abasolo, Soto la Marina, Casas y Llera, se vive a diario "un toque de queda no oficial", dijeron a EFE fuentes de la Procuraduría estatal.
La situación más grave se vive en Ciudad Mier, donde muchos de sus 6, 500 habitantes han huido a la vecina Miguel Alemán y otros han optado por quedarse aunque -por el miedo a agresiones del crimen organizado- se recluyen en un albergue municipal durante la tarde y la noche y solo viven con cierta normalidad durante las mañanas.
Fuentes municipales dijeron a Efe de que son alrededor de 250 familias las que han huido a Miguel Alemán y que otras 32 familias han optado por refugiarse en el albergue municipal, especialmente personas mayores que se niegan a abandonar su ciudad.
Por otro lado, el secretario general de Gobierno de Hidalgo, Hugo Andrés Araujo, reconoció esta semana que sus habitantes están bajo el miedo por las agresiones que han sufrido en sus propiedades y personas.
Por tal motivo, explicó, las autoridades han urgido al Gobierno federal al envío de más fuerzas para salvaguardar la seguridad, muy mermada desde principios de año por la lucha que mantienen el cartel del Golfo y su antiguo brazo armado, Los Zetas.
Un empresario de Hidalgo que pidió el anonimato aseguró a EFE que la inseguridad empeoró a finales de agosto, tras el asesinato del alcalde de ese municipio, Marco Antonio Leal.
Por su parte, las autoridades son conscientes del problema. El gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández, reconoció a la prensa la semana pasada que en algunos municipios había ingobernabilidad y que las autoridades estaban "rebasadas".
En su opinión, las policías locales y estatales no tienen capacidad de fuego para enfrentar a los carteles que se disputan el territorio, por lo que se requiere de mayor presencia de las fuerzas federales en Ciudad Mier, Miguel Alemán, Guerrero, Camargo y Díaz Ordaz.