Desde hace más de un mes un grupo de jubilados realizaba piqueteos en la Plaza 5 de Mayo para reclamar un aumento de 30 balboas mensuales en sus pensiones. Ahora esta semana, las protestas se trasladaron a la vía Bolívar frente al Complejo Hospitalario Metropolitano de la Caja de Seguro Social.
Un dólar diario para comprar comida y medicina es la consigna de los viejitos que bajo sol y lluvia reclaman su aumento en sus pequeños ingresos.
Aunque el tranque causa molestias a tercero, la población entera ha asimilado que la única forma en que éste y los anteriores gobiernos atiendan sus reclamos, es cerrando las vías públicas.
Ya ese tipo de protesta forma parte de la cultura de los panameños, que entendió que esa es la única forma en que se le presta atención.
Comprendemos que las finanzas del Seguro Social, a pesar de las reformas introducidas recientemente, no soportan los reclamos de aumentos que le hacen los gremios de trabajadores y los jubilados, pero lo menos que se puede hacer, es escuchar los argumentos de los manifestantes.
Dejar que esas personas de la Tercera Edad permanezcan indefinidamente expuestos a los peligros de la calle, no es lo más correcto. Es cierto que las autoridades de la CSS están inmersas en los problemas de la muerte de 43 panameños a causa de los medicamentos contaminados, pero muy bien se puede delegar a un funcionario para que al menos escuche a los jubilados.
No atacar los problemas y esperar que éstos se resuelvan solos, no es lo más correcto.