TEMAS DE ACTUALIDAD
"Trabajando mano con mano en favor de la prosperidad"

Wu An-chin
Profesor
Instituto de Estudios sobre China continental
Universidad de Cultura China

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, prácticamente la totalidad de las naciones se han esforzado en busca de un objetivo común: el desarrollo económico. Pese a que los resultados han sido diferentes según en qué países, en lo que respecta a la República de China, ésta constituye un claro ejemplo de éxito económico. Cualesquiera que sean los indicadores económicos que se tengan en cuenta, los logros de la República de China han sido considerados como excelentes. Este extremo ha resultado aún más evidente durante la crisis financiera asiática que dio comienzo a mediados del año pasado. Aunque la prosperidad económica de la República de China no se ha librado por completo de algún que otro resbalón, en comparación con otros países el resultado alcanzado en la República de China ha sido relativamente brillante.

Por qué la República de China ha disfrutado de tan excelentes resultados económicos? Además del pleno desarrollo de sus recursos humanos, con una población trabajadora y un sistema de operaciones adecuado, no se puede pasar por alto la exitosa "división de trabajo" de la República de China. Durante los primeros años que siguieron a la guerra, la República de China se enfrentó a la situación que ésta había dejado mediante una total reconstrucción, y con una gran parte de la población que esperaba poder ser alimentada, así como con 400.000 soldados a la espera de recibir ayudas.

Lo que Taiwan más echaba en falta era el capital, el "agua de la vida". Afortunadamente, la ayuda de los Estados Unidos llegó a tiempo, no sólo para resolver los problemas alimenticios, sino también para favorecer el desarrollo industrial. Merece la pena destacar que la ayuda extranjera fue una condición necesaria, pero sin la coordinación de diversos esfuerzos domésticos esta ayuda no hubiera podido favorecer el desarrollo del país durante mucho tiempo y sólo hubiera conseguido sostener a la nación momentáneamente.

Una vez que la economía de Taiwan hubo superado la trampa de la pobreza y comenzó a despegar, una serie de medidas de liberalización lograron la conexión entre los mercados locales y los de ultramar, favoreciendo la aparición de importantes pequeñas y medianas empresas que jugaron un destacado papel en el desarrollo del país. La agilidad y flexibilidad de este tipo de empresas resultaron ser características eficaces para encontrar un rápido cambio de ambiente. No obstante, la fortaleza de Taiwan en el mercado internacional no se debe sólo a sus pequeñas y medianas empresas, sino también a una sin par cooperación en la división del trabajo: la pequeña y mediana empresa de Taiwan se encarga de la manufacturación, mientras que los grandes negocios extranjeros son los responsables de la mercadotecnia. Este modelo de cooperación ayudó a la creación del milagro económico de Taiwan que dio comienzo en los años setenta.

Hay que mencionar que esta división internacional del trabajo se llevó a la práctica en una época en la que la República de China jugaba un escaso papel en la diplomacia. En el proceso de cooperación, los "factores políticos" incrementaron de manera innecesaria los costes. Si estos obstáculos hubieran sido eliminados, es posible que el resultado de esta división internacional del trabajo hubiera sido incluso mayor, y más beneficioso para todas las naciones implicadas, constituyendo un perfecto ejemplo de una situación en la que todos ganan. La Organización Mundial del Comercio (OMC) defiende la filosofía de los mercados sin barreras políticas. Si la República de China pudiera ser sin problemas miembro de la OMC, su contribución positiva a la economía global sería sin duda enorme.

Hay un dicho que afirma que Dios ayuda a quienes ayudan a los demás. La experiencia del desarrollo económico de Taiwan es una realización verdadera de este dicho. La República de China puede servir como inspiración a las naciones en desarrollo, jugando en la actualidad el papel de asistente. Si la República de China pudiera participar libremente en las organizaciones internacionales, pondría plenamente en juego su efectividad como miembro de la comunidad internacional.

 

 

 

 

 

 




 

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