¡Feliz Año Nuevo!, así se vivió anoche el fútbol en el Rommel Fernández, al final del partido entre Estados Unidos y Jamaica. Los panameños se olvidaron del juego en el terreno, todos miraban hacia la cabina de Canal 4...esperando el pitazo final en Columbus, Ohio, parecía el conteo regresivo de un año nuevo de vida. Después de eso, todo fue alegría y llanto.
A pesar de que la historia estaba a favor de El Salvador, Panamá salió a vencer o a morir en la cancha. Hoy no se dirá "Jugamos como nunca y perdimos como siempre", lo de anoche fue un excelente partido y ¡ganamos coño!
Nadie puede negar que salieron a sudar su camiseta, lo hicieron por amor a su país, no esperaban nada en el Norte, sabían que tenían que salir a conquistar el triunfo sin pensar en otro resultado, en el terreno nadie se acordó de Jamaica. Entendieron que estaban por encima de los cuscatlecos y cumplieron su misión.
El equipo ideal dejó de estar en la "mente" del adiestrador colombiano, José Eugenio Hernández, encontró su camino y se plantó en la cancha, sorprendió a casi todos con su onceno titular, pero se tomó con agrado, se atrevió y le resultó.
¡Gracias Señor!, le diste a José Luis Garcés el gol que merecía, el que no lo dejaba quedar mal con la afición que lo pidió. A Felipe Baloy...se encontró con su afición y ¡de qué manera! Estos dos junto a Roberto Brown se encargaron de darle el pasaje de vuelta a El Salvador. Alberto Blanco tuvo su noche, como quien dice, "se tiró el partido de su vida".
El templo del fútbol panameño, el Rommel Fernández, fue testigo del giro drástico y emotivo de la historia, lo siento por los que no fueron, dejaron de sentir la emoción más grande que nos ha dado una selección mayor en 23 años.
Los jugadores determinaron hoy, su destino, moldearon su mañana y decidieron seguir la ruta del Rin, rumbo a Alemania 2006. En esta octava ocasión, en la que nos tocó volver a enfrentarnos a los salvadoreños, desde 1976, no jugó la historia, esa quedó atrás y salió la garra del país del Canal.
Panamá tuvo que esperar 8 eliminatorias mundialistas para pasar por primera vez a una hexagonal final. Este era su momento y ahora hay que vivirlo, le tocó a esta generación hacer la hazaña. Le dieron a Panamá la felicidad futbolística que necesitábamos.
Panamá salió en sus primeros cuarenta y cinco minutos a jugar bonito, jugaron de manera ordenada y evitaron a toda costa que los salvadoreños llegaran a crear alguna jugada peligrosa. Mi Dios les dio la concentración necesaria. Panamá, al igual que en el primer partido con El Salvador, fue superior.
En el complemento los panameños llegaron, administraron el balón, lo único que les faltó fue el gol, pero ya tenían tres adentro, ya todo lo habían definido.
Le tocó ahora a Panamá hacerle el daño a El Salvador y hacer trizas el pasado. Hace 5 años el equipo olímpico dirigido por Gary Stempel ganó su pase a Hershey dejando a El Salvador; en la actualidad la Sub 20 dirigida por Víctor René Mendieta también eliminó a los cuscatlecos y anoche... lo mejor, la selección mayor cerró con broche de oro este ciclo con los salvadoreños, ahora quedaron atrás...son parte del pasado.
Prohibido olvidar la noche en que se cambió la historia, y donde por decisión propia los gemelos Julio y Jorge Dely Valdés anunciaron su retiro del fútbol. Jorge, más emotivo, no pudo hablar, las lágrimas de felicidad por la clasificación y de tristeza por el retiro se enredaron en su garganta.
La "Marea Roja" lloró, sí, pero esta vez era de felicidad, la que le pedimos a Papa Dios; el Todopoderoso escuchó nuestras oraciones y nos prestó la oportunidad de vivir la fiesta de avanzar a donde nunca habíamos llegado.
¡Jamás! podré explicar con palabras exactas lo que se vivió anoche en el santuario de Juan Díaz, se tenía que estar allí para sentirlo, pero pueden estar seguros de que esta emoción apenas será la primera de muchas que nos darán estos jugadores entregados a su país.