Las recientes visitas del jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld y del jefe del
Ejército Sur, general Jack Gardner dan la impresión que los Estados Unidos ha vuelto su mirada hacia la posición estratégica de Panamá.
Por más de ocho décadas, Estados Unidos mantuvo tropas en Panamá. Las bases norteamericanas en un momento dado estaban dispersas por todo el territorio nacional hasta que luego se concentraron en las riberas del Canal Interoceánico.
Tras la firma de los Tratados Torrijos-Carter, Washington cumplió su compromiso de desmantelar sus instalaciones militares y sacar sus tropas del istmo. Se cumplió el anhelo nacional de un "solo territorio, una sola bandera".
Sin embargo, los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, que destruyeron las Torres Gemelas de Nueva York y afectaron la sede del Pentágono, han motivado una revisión de los planes de seguridad de la mayor potencia del mundo.
Ya los Estados Unidos no sólo temen un nuevo ataque aéreo suicida de los fanáticos de Osama Bin Laden, sino que les preocupa que una nave de la flota mercante sea el vehículo utilizado por los terroristas.
En ese aspecto parece estar concentrada las recientes visitas de altos funcionarios y jefes militares norteamericanos. Hasta ahora se desconoce cuál es el interés real que ahora tienen sobre Panamá, pero no es casual que el entrenamiento de policías en instalaciones de Estados Unidos se haya incrementado notablemente en los dos últimos años y que se realicen maniobras multinacionales para proteger el Canal. Algo hay en la agenda de la seguridad norteamericana respecto a Panamá. ¡El tiempo nos revelará esas cosas!