Decenas de personas, muchas de ellas mujeres y niños, murieron el miércoles en Irak, donde la rebelión de Faluya (al oeste de Bagdad) se extendía a otras ciudades sunitas mientras se conocía el secuestro de 60 policías iraquíes.
Un policía que logró escapar y llegar a Kerbala, en el centro de Irak, declaró a la AFP que más de 60 agentes fueron secuestrados el domingo en un hotel cercano a la frontera con Jordania.
"Eramos unos 65 policías de regreso de un entrenamiento en Jordania cuando dos decenas de hombres enmascarados y armados entraron el domingo por la mañana en nuestro hotel de Trebil", contó Leith Naama al Kaabi.
"Antes de secuestrarlos les taparon la cabeza y les ataron las manos", añadió.
En Faluya (50 km al oeste de Bagdad), en el décimo día de la ofensiva, las fuerzas norteamericanas seguían encontrando una feroz resistencia de los últimos focos de la rebelión.
"La batalla ha terminado, todavía tenemos algunos focos de resistencia pero se están debilitando", afirmó el teniente coronel Leonard DiFrancisci. Los combates continuaban al sur de la ciudad, donde los Marines bombardeaban las posiciones de los rebeldes, según un fotógrado de la AFP que les acompaña.
Los soldados fueron atacados cuando evacuaban once cadáveres del barrio Jolan, al noroeste de Faluya, respondieron y mataron a tres asaltantes, según el capitán de los Marines Alez Henegar.
Dignatarios y políticos sunitas denunciaron en un comunicado la ofensiva de Faluya y llamaron a los iraquíes a boicotear las elecciones de enero de 2005.
Los combates seguían haciendo estragos en otras ciudades sunitas como Ramadi, Mosul o Baiji.