El corregimiento de Curundú sumido en sus graves problemas sociales, cumplió ayer 33 años de fundación.
Senen Mosquera Montoya, representante del corregimiento, le preocupa el alto índice de delincuencia, la falta de viviendas y los niveles de delincuencia que se registran en el sector.
Y aunque reconoció que como autoridad local no tiene planes definidos para atacar estos males, confía en que el nuevo gobierno "meta la mano dura" para lograr respuestas a mediano plazo.
Una de sus primeras acciones sería lograr la canalización del río Curundú.