Su semblante es el vivo reflejo de quien cayó en lo más bajo de la miseria humana.
Ese es "Isaac", a quien con apenas 35 años, la vida le ha cobrado con un rostro de más edad el tiempo que lleva de recorrer las calles como indigente.
Las noches que durmió tirado en las avenidas y los rayos del sol se encargaron de resecar su piel más de lo normal.
Con sus ojos perdidos en el pavimento de la calle, Isaac, comenzó a retroceder la cinta de su existencia.
INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Sólo tenía 10 años, cuando un hombre asesinó con un tiro en la cabeza a su padre.
Con la ausencia de la figura paterna, su madre lo crió en San Miguel, Calidonia, en donde conoció otros sentimientos.
"Yo era su mujer, su ama de casa. La mamá de él, no sabía nada. Ella me pagaba por limpiarle la casa y él me pagaba con dinero, droga y sexo", sostuvo "Isaac".
Tenía 14 años cuando comenzó a tener relaciones sexuales con un vecino.
Paradójicamente el hombre que lo llevó al homosexualismo y a la drogadicción, se casó, tiene familia, vive en Veracruz y dejó el vicio y su tendencia sexual.
A los 20 años, la vida le dio otro golpe: su madre falleció, producto de un cáncer.
PROSTITUCION
"El que quiere estar conmigo tiene que pagar", dijo muy seguro de sí mismo.
Según él comenta, por años se prostituyó, pero ahora sólo lo hace esporádicamente o cuando "se me sube el queso a la cabeza", puntualizó.
Durante mucho tiempo su dependencia a las sustancias ilícitas iba de la mano con la venta de su cuerpo por cinco dólares mínimo y diez máximo.
La marihuana fue su primera droga, después siguió con la cocaína, el bazuco y por último la piedra, la cual no ha podido dejar.
DESHEREDADO
Producto del vicio, su hermana menor lo saca del cuarto donde vivió junto a su madre y desde ese entonces duerme en la planta baja del edificio.
El rencor que lleva contra su hermana salió a relucir. Reveló que después que tuvo en la fundación "Remar" fue a buscarla, pero ella lo rechazó y prefirió seguir alquilando el cuarto a desconocidos que darle cobija al que estuvo por 9 meses en el mismo vientre que ella.
TRABAJO
El reciclaje es la manera de ganarse la vida.
Con dos bolsas de basura en sus manos y horquillas guindadas en su camiseta, "Isaac" se esmera en conseguir dinero para comer y para consumir piedra.
"Cuando tengo hambre meto mi mano en la basura y como lo que encuentro.. Extraño las bangañadas de comida que me servía mi mamá.. Extraño todo de ella.." afirmó Isaac.
Además de vender a 15 centésimos la docena de horquillas, "Isaac" se dedica a pintar uñas a 50 centavos.
"Me siento bien, pero no feliz. ¿Quién se puede sentir feliz viviendo a la intemperie?", concluyó preguntándose él mismo.