Fue el final de una disputa legal que duró varios meses, pero al fin los médicos obtuvieron el permiso de hacer la cesárea. Abrieron el cuerpo de Tanya Rivera, bella jovencita de quince años, y extrajeron a su bebito.
Tanya estaba en estado de coma desde dos meses antes. Su novio y padre de la criatura le había pegado un tiro en la cabeza. El bebé nació también en estado de coma, por deficiencia cerebral. Los padres de Tanya, Jorge y Alicia Rivera, estaban divorciados de forma irreconciliable.
"Todo está en estado de coma en este caso", comentó el cirujano del hospital.
Estar en estado de coma es estar sin conciencia. La persona vive, o más bien se dice que vegeta; tiene temperatura, pulso, circulación, respiración, recibe alimentos y los digiere, pero su cerebro está muerto.
Así fue en este caso. El noviazgo entre Tanya y su amigo cayó en estado de coma cuando Tanya quedó embarazada. El balazo que recibió Tanya en la cabeza la dejó en ese estado. El bebé que tuvo, que nació con síndrome de drogas, también nació en estado de coma, y los padres de Tanya sufrían de un estado de coma moral que había destruido el hogar.
Si estar en coma es no tener conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, pudiéramos decir que no tener conciencia de nuestra responsabilidad moral y espiritual es también una especie de coma. No escuchar la voz de la conciencia cuando violamos una de las exigencias morales del Creador es estar en coma. El no sentir dolor por lo que sufren otros como consecuencia de nuestra perversión, es estar en coma. El no sentir responsabilidad de padre o madre en cuanto al bienestar de nuestros hijos, es estar en coma. El no importarnos que nuestro cónyuge sufra el dolor de nuestra infidelidad es estar en coma.
Escuchemos la advertencia del apóstol Pablo. Dice él: "Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo" (Efesios 5:14). Cristo es el gran sanador de los enfermos, tanto para salud moral en esta vida como para vida eterna en la siguiente. Pidámosle a Cristo que sane nuestro estado de coma moral y nuestro letargo espiritual. |