Las autoridades de EE.UU. inspeccionan las pertenencias y la vida del mayor Nidal Malik Hasan, un psiquiatra musulmán de carácter solitario, en busca de las razones que le llevaron a disparar contra sus compañeros en la base de Fort Hood.
Hasan, el presunto autor de la matanza en Fort Hood, no usó armas reglamentarias del Ejército, sino dos pistolas que había comprado a título personal.
Mientras tanto, Hasan, permanece en coma, en condición estable, tras ser alcanzado por los disparos de la sargento Kimberly Munley.
Algunos soldados que presenciaron la matanza han dicho que Hasan gritó "Allahu Akbar!", que significa "Dios es grande" en árabe, antes de disparar, según el comandante de la base. Organizaciones islámicas de Estados Unidos condenan el ataque.