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Un ciudadano chino pasa frente a una gran pancarta del Partido Comunista Chino en Pekín, China Popular.  |
Taiwán, el Tíbet y el separatismo islámico representan los tres grandes retos del nuevo gobierno chino que será elegido en el XVI Congreso del Partido Comunista (PCCh), que comienza mañana viernes en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín.
El actual jefe de Estado, Jiang Zemin, dejará el cargo sin haber realizado su máximo sueño: la recuperación de Taiwán -considerada por Pekín una mera provincia rebelde- bajo el principio "un país, dos sistemas", que fue aplicado con éxito en Hong Kong (1997) y Macao (1999) tras ser devueltos a China Popular por el Reino Unido y Portugal.
Su virtual sucesor, el vicepresidente Hu Jintao, tendrá que hacer alarde de la diplomacia más exquisita para entablar un diálogo sólido con Taipei y convencer a los taiwaneses de que "la madre patria" les espera, con los brazos abiertos, y que Taiwán será más importante a nivel mundial cuando se integre a China Popular.
Diplomáticos occidentales consultados por EFE están convencidos de que las reformas políticas y económicas que tienen lugar en China Popular llevarán pronto o tarde a la democracia y que, cuando eso se produzca, el acercamiento a Taiwán se hará una realidad.
"Es muy difícil que Pekín declare la guerra a Taiwán, no sólo porque ese país es uno de los mayores inversores en China, sino porque un conflicto de esa envergadura va en contra de las tendencias históricas de la República Popular, que acaba de integrarse en la OMC y va a albergar los Juegos Olímpicos Pekín'2008", agregaron las fuentes.
"Queremos la reunificación pacífica (de Taiwán), pero si los movimientos independentistas se convierten en una amenaza no tendremos más remedio que recurrir al uso de la fuerza", amenazó ayer el Ejército de Liberación Popular (ELP).
Pekín ve con preocupación también los pasos que da el Dalai Lama por el mundo, pidiendo una gran autonomía para el Tíbet que le permita liberarse del yugo del Partido Comunista, que ordenó a las tropas del ELP ocupar esa región en 1959.
Respecto a los movimientos independentistas que tienen lugar en la provincia de Xinjiang (oeste de China), donde habita la etnia uigur, de origen turco y religión musulmana, los analistas coinciden en que no habrá cambios en la política de Pekín y que Hu Jintao reprimirá con dureza a los grupos terroristas. |