El apoyo de Latinoamérica a Haití fue el asunto más debatido por los 19 países del Grupo de Río en su décima octava Cumbre, que concluyó en Río de Janeiro y en la que también fueron abordados los problemas institucionales que sufren naciones como Ecuador, Nicaragua y Costa Rica.
Las recomendaciones de los presidentes para solucionar la crisis haitiana acaparan 6 de los 22 puntos que componen la llamada Declaración de Río de Janeiro, aprobada hoy por los once mandatarios y representantes de los otros países que participaron en la reunión.
Además de la declaración, los jefes de Estado aprobaron seis comunicados conjuntos en los que manifiestan su preocupación por las crisis institucionales en Ecuador, Costa Rica y Nicaragua; reiteran el rechazo al terrorismo; apoyan la reivindicación argentina sobre las islas Malvinas y respaldan las iniciativas de Bolivia para promover una mayor participación ciudadana en la democracia.
En torno a Haití, los países del organismo se comprometieron a ejercer "una acción conjunta con el debido sentido de urgencia" para completar el envío de tropas y recursos financieros a ese país.
"La paz y la reconstrucción de la economía y de la sociedad en Haití son un desafío para los haitianos y para nuestros países", afirman los presidentes en su declaración.
Igualmente se comprometen a gestionar ante las Naciones Unidas la concesión de un nuevo mandato para que su misión de estabilización en Haití pueda lograr la reconciliación política.