El equipo de rescate que intentó sacar con vida a dos niños indígenas de una cueva en Chiapas (sur de México) aceptó hoy la posibilidad de que los menores hayan muerto al inundarse la gruta y tras cinco días de permanecer sin alimentos.
"Es muy triste cuando se tiene tan cerca a una persona y ves apagar su vida sin lograr más", dijo consternado el comandante de la Cruz Roja, Arturo Montero, quien dirigió los operativos de rescate en la comunidad de Jochib.
En las últimas horas cayeron fuertes aguaceros sobre la región, lo que provocó que se inundara la gruta donde cayeron el domingo los niños tzeltales Pascual y Miguel Saraos Jiménez, de cinco y seis años de edad.
Por su parte, el socorrista José Montiel dijo sentirse "profundamente triste, dolido y decepcionado con el resultado" de sus labores.
"Pusimos todo nuestro empeño, pero las cosas no salieron como esperábamos", agregó al considerar que los niños "murieron".
Consternado, comentó que poco antes de que el agua inundara por completo la cueva de 25 metros de profundidad sus compañeros médicos y espeleólogos alcanzaron escuchar por última ocasión las voces.
Los socorristas de la Cruz Roja interrumpieron anoche sus labores de rescate ante la crecida de un río subterráneo que inundó la gruta, pero además para evitar riesgos luego de que más de mil indígenas los amenazaron con lincharlos si los niños no eran rescatados con vida.
El secretario de Seguridad Pública de Chiapas, Horacio Schroeder, confirmó que el agua del río inundó la caverna dejando sin posibilidades a los socorristas de sacar con vida a los menores.
Montero indicó que los indígenas trataron en un principio de impedir las labores de rescate porque pensaban que los espeleólogos sacaban oro de la cueva.
Según el padre de los niños, estos cayeron accidentalmente en la gruta, pero algunos especulan que fue el mismo padre quien pidió a sus hijos que siguieran el animal al fondo de la cueva.
