Las pieles de los animales que están en peligro de extinción como el conejo pintado entre otros, solo quedan como una exhibición.
A estos animales, desde hace muchos años, los están cazando para saborear su deliciosa carne y agarrar su piel, luego de secarla, las tienden en los techos de lujosos restaurantes.
El Parque Nacional Volcán Barú y el Parque Internacional La Amistad es el habitad de estos animales que buscan aumentar su especie en medio de los ataques de cazadores.
Francisco Víquez, un agricultor chiricano, lamenta cada vez que observa las pieles de estos preciosos animales, piensa en el momento en que su hijo Edgar no podrá tener la oportunidad de ver correr estos animales por el llano que tiene frente a sus casa, solo podrá observar las disecadas pieles que cuelgan del techo.
Las rayas del conejo pintado aún se mantienen igual desde hace muchos años, esto le ha provocado que haya tomado conciencia del valor de la naturaleza y de los animales que mueren en manos de los cazadores.
Dentro de la densa neblina y el frío clima que envuelve a las áreas protegidas, se ha convertido en el mejor lugar de refugio de estos mamíferos que al buscar alimentación se encuentran con las balas de un cazador que los ha estado esperando.
Los conejos son animales activos durante la noche, generalmente solitarios y pueden tener un territorio, pero se desplazan en busca de alimento y es precisamente en el momento en que son esperados.
Se trata de uno de los animales más cazados en el bosque ya que su carne se considera una delicia.
Las organizaciones ambientalistas señalan que hasta ahora, la lista de especies en peligro de extinción sólo incluye 82 especies de fauna y data de 1980, cuando se protegieron 38 especies de aves, 33 de mamíferos, 10 de reptiles y una de anfibios mediante la Resolución J.D.002-80.
Consideran que la mayor parte de la fauna amenazada y toda la flora todavía no están protegidos por la legislación nacional de vida silvestre.
La Ley N° 24 de 7 de junio de 1995 indica la legislación de Vida Silvestre en la República de Panamá y se dictan otras disposiciones, regula la conservación, utilización, comercio, caza, recolección y tráfico de vida silvestre, y busca promover la investigación.