Esa noche se fueron a la cama sin saber que pasada la medianoche tendrían que salir corriendo con la mirada puesta en las llamas que hacían un ruido infernal.
Esto fue lo que vivieron los vecinos de las casas A-19 y A-18 de la barriada Monterrico que, con la construcción del Súper Extra, quedaron prácticamente encerrados por muros de hasta dos pisos de altura y que por milagro, no fueron consumidas por las llamas que acabaron con el popular establecimiento.
"Cuando nos dimos cuenta, sentimos el humo; ya la candela había llegado a la parte de la panadería, salimos corriendo a avisarle a los vecinos que estaban durmiendo", dijo uno de los afectados.
Los residentes de estas viviendas con tristeza y rezando a sus santos, pasaron fuera de sus hogares desde que se inició el siniestro (1 de la madrugada del viernes), hasta casi las 11 de la noche del día siguiente (sábado), viendo pasar las horas con la desesperación y el miedo a perder sus cosas.
PERSISTE EL PELIGRO
La más afectada de las residencias fue la A-18 que está amenazada por un inmenso muro que formaba parte de la edificación del súper y que de acuerdo a los bomberos, es un inminente peligro; podría desmoronarse. Sus habitantes han tenido que mudarse a casa de los vecinos.
Según los residentes, el establecimiento fue construido sobre las casas, sin guardar distancia, en ningún momento se pensó en instalar un hidrante próximo al centro comercial, lo que hizo más lento el trabajo de los bomberos.
"Fue por el gusto, hicieron lo que les dio la gana, hicimos todo tipo de denuncia", dijo Nelly Samaniego, propietaria de la casa A-19, al referirse a los esfuerzos de los hoy afectados cuando el centro comercial cercó sus casas.
La aseguradora confirmó que realizarán las evaluaciones, aunque están claros que de volverse a construir, ellos tendrán que salir de allí.