Los jóvenes institutores de los años cincuenta estaban enardecidos.Se discutía sobre si la separación de Colombia fue un acto idealista, o un negociado donde estuvo metido la mano de Estados Unidos, ansiosa de hacer el Canal.Alguien gritó que había que ir al parque de Catedral a tumbar los bustos de los próceres. Algunos hasta se levantaron de sus sillas apoyando la idea.
Menos mal que triunfó la cordura y continuó la discusión. Los bustos de los próceres se salvaron...
En aquella época había dos leyendas sobre lo ocurrido el tres de noviembre de mil novecientos tres.
La llamada "leyenda negra" decía que la separación fue producto de una manipulación de los Estados Unidos para poder hacer el Canal. Recuerden que la asamblea colombiana había rechazado un tratado que permitiría ese canal.
Los próceres no quedaban bien parados en este planteamiento. Los sectores nacionalistas de la juventud apoyaban esta leyenda con diversos argumentos.
Pero también existía "la otra cara de la moneda". La llamada Leyenda Blanca o Rosada señalaba que los panameños realmente nunca estuvimos contentos con pertenecer a la Gran Colombia.
Recuerden que Panamá fue escenario sangrientos de la guerra de los Mil Días, entre conservadores y liberales colombianos.
Además, la economía no estaba muy buena y mucha plata se iba para Bogotá.
De esta manera los próceres fueron gente valiente y romántica, que arriesgaron vida y fortuna por ver libre a Panamá.
Han pasado más de cien años de este acontecimiento. Ahora los norteamericanos no están en la Zona Canalera. Los ánimos de la actual juventud se dirigen al disfrute de la vida y algunos vicios.
Por eso para esta fecha no se notan reuniones ni comentarios sobre nuestra separación de Colombia. Muchos aprovechan los días de asueto para disfrutar de playas y montañas.
Algunos historiadores han llegado a crear un "punto medio" en el asunto.
No niegan que los intereses norteamericanos por hacer el Canal pudieron tener algo que ver con el movimiento libertador. Incluso la presencia de barcos de guerra gringos ayudó a evitar que Colombia nos sometiera a sangre y fuego.
Pero aceptan que en muchos istmeños había un sentimiento de ser independiente, dueños de su propio destino. Esto se demuestra en varios intentos de vida independiente que ocurrieron antes del tres de noviembre.
Con esto, todos quedan contentos...