Luego de que la Comisión de Salario Mínimo fracasara en acordar un nuevo salario base, el Presidente de APEDE, John Bennett, aseguró que el décimo tercer mes y las vacaciones constituyen prebendas otorgadas históricamente por presiones a los gobernantes, las cuales inciden negativamente en la competitividad del país y en el costo de la vida.
La posición del sector empresarial en el tema del salario mínimo ha sido siempre que "no es el momento adecuado". Pero John Bennett fue más específico: "APEDE piensa que nunca es el momento, porque los problemas de los salarios y el bienestar en el país, no están amarrados a imposiciones que se hacen por ley".
"Aquí en este país se ha dado un décimo tercer mes y se ha dado un mes de vacaciones, que son dos meses en que se recibe plata sin trabajar", explicó Bennett. "Eso tiene un costo que se paga eventualmente en aumentos de la canasta básica".
Según el presidente de APEDE, ni los políticos, e incluso muchos empresarios, se atreven a hablar sobre esto, porque piensan que va a tener un costo político para ellos. Para Bennett, si la Presidenta Mireya Moscoso toma la decisión de aumentar nuevamente el salario base, éste sería otro regalo que al final se traduciría en aumento de costos a la producción, aumento de los precios al consumidor y despidos masivos.
"Cada vez que han permitido el aumento al salario mínimo, 10 mil personas pierden su trabajo", aseguró. "Si nosotros no estamos conscientes de los costos que están involucrados en todos esos regalos que nos han dado históricamente, y que nos han colocado en una situación de desventaja competitiva con otros países, estamos ignorando la situación que nos ha puesto en la crisis económica actual", enfatizó. "Lo demás son puras habladurías, y en muchos casos habladuría de tipo ideológico". |