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Un autobús colegial pasa frente al lugar donde el francotirador mató a su última víctima.  |
El misterioso francotirador que ya mató a diez personas en la zona de Washington intentó establecer contacto varias veces con la Policía, amenazó específicamente a los niños y exigió un pago de diez millones de dólares, informaron las autoridades y la prensa estadounidense.
La Policía se negó ayer a comentar sus fracasados intentos por volver a entablar contacto con el asesino, pero confirmó que la persona que murió el pasado martes en Silver Spring, al norte de Washington, había sido víctima de la misma arma que ya dejó 13 víctimas: diez muertos y tres heridos.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, dijo que ha desplegado todos los recursos del gobierno federal para capturar al francotirador. También agregó que reza por la seguridad de sus conciudadanos y por un rápido final de este período de violencia y miedo. "Estamos realizando grandes progresos todos los días" declaró el agente especial del FBI, Gary Bald, ante una prensa cada vez más escéptica por la falta de resultados tangibles en la pesquisa.
"No queremos perturbar a nadie", aseguró el comisario Charles Moose, jefe de Policía del condado de Montgomery y coordinador de la investigación, al leer un mensaje atribuido al francotirador misterioso: "sus hijos no están seguros, dondequiera que sea, ni en ningún momento". A pesar de esa amenaza, la mayoría de las escuelas públicas a las que concurren más de 300.000 niños, abrieron sus puertas ayer miércoles.
Muchos padres prefirieron acompañar a sus hijos y otros optaron por dejarlos en sus casas. Los policías se negaron a comentar la información aparecida ayer en la prensa, de que se encontró otra carta en un parque cercano al lugar donde el conductor de un autobús fue asesinado el martes en la mañana.
Según The Washington Post, que citó a fuentes de los servicios de seguridad, esa carta reiteraba las exigencias que figuraban en la misiva anterior, descubierta el sábado, cerca del lugar donde el francotirador mató a su novena víctima. De acuerdo a esta versión, el francotirador "exigió 10 millones de dólares para detener sus ataques".
Eso aparentemente explicaría el mensaje de Moose ante las cámaras de televisión el martes, en el que aparentemente dirigiéndose al francotirador declaró que era "electrónicamente imposible acceder a su reclamo". Según autoridades citadas por The Washington Post, la carta tenía tres páginas, escritas a mano, y había sido envuelta en un plástico y pegada a un árbol.
En un tono amargo, el francotirador se queja de que los policías han ignorado buena parte de sus llamados telefónicos, los llama "incompetentes" y añade que "cinco personas han muerto", debido a ese descuido. "Ignoro de dónde proviene esa información", comentó el comisario Moose. El jefe de policía del condado de Montgomery lanzó un llamado para que posibles testigos se pongan en contacto con la Policía.
"Pensamos que algunas personas vieron el ataque de ayer y no vinieron a informarnos. Es posible que se trate de inmigrantes. Nunca dijimos que la recompensa fuera solamente para los ciudadanos estadounidenses", dijo, refiriéndose al medio millón de dólares prometido por toda información que permita capturar al asesino. La prensa mencionó la posibilidad de que el francotirador "no sea estadounidense" y las autoridades dijeron que no descartaban ninguna posibilidad. |