Al hablar de la CoNAM, es preciso remontarse al inicio de la Misión Nacional en el año de 1987. Este año, marcó un hito en la historia de la Iglesia panameña, pues precisamente en esta fecha, se inicia, un proyecto evangelizador a nivel nacional, que pretendía llegar a todos los rincones de nuestra tierra y servir para despertar el compromiso misionero de tantos fieles, sobre todo los más alejados y conmemorar a la vez, el Quinto Centenario de aquella primera evangelización de nuestra América.
Pero ahora, una misión que respondiera a las expectativas del hombre y de la mujer de finales de siglo, una Nueva Evangelización, como la llamó Juan Pablo II. Nueva en sus métodos, en su expresión, en su ardor.
Una misión titánica y difícil de emprender. ¿Cómo llegar a tantos en tantos ambientes distintos? ¿Cómo organizar una Misión que fuese a todas las Diócesis del país? ¿Cómo convocar, formar, enviar? ¿De dónde se sacarían tantos misioneros? El Espíritu Santo, actuante en su Iglesia y protagonista de la misión, fue abriendo los caminos y llamó a dos sacerdotes vicentinos: El P. Tomás Sendley y el P. Javier Bárcenas, a la Hna. Sylvia López, misionera catequista, y a un grupos de laicos comprometidos, que formaron un equipo de timón que llevaría adelante este bello proyecto evangelizador.
Así surge la Comisión Nacional de Animación Misionera, conocida por sus siglas CoNAM, cuyo objetivo inicial fue "organizar" y "animar" dicho movimiento misionero.
Desde entonces, se invita a miles de fieles a participar en las formaciones que los llevarían a convertirse en misioneros. Hablar de la CoNAM significa hablar del despertar, de abrir caminos, el ver un rostro nuevo de una Iglesia activa, participativa, comprometida y misionera.
Durante estos días conmemoramos los 15 años de existencia de esta organización, demos gracias a Dios, pues la misma ha sido instrumento de conversión para muchos. Felicidades CoNAM, felicidades Mons. Brown, felicidades Hna. Sylvia, felicidades hermanos misioneros. |