La vez pasada, sentado frente a la Calle Uruguay, estaba "disfrutando del ambiente" cuando pasó una hermosa chica mulata, de las miles que hay en este país. Delante, había un edificio en construcción y, como era de esperarse, los obreros empezaron a piropearla diciéndole: "Mami, que sabrosa estás" o "ángel de ébano" (increíble, no hubo ofensas contra la bella dama).
Casos así, hay todos los días en Panamá. Diría uno que eso es una forma de acoso, pero lo gracioso del asunto es que a las mismas mujeres panameñas les gusta que las piropeen, pues significa que una dama está realmente preciosa y merece declarar sus dotes naturales. Empero, cierta gente por allí ha lanzado una propuesta nada gratificante, de que el piropo "es una forma de acoso sexual contra las féminas", además de que promueve que se ofenda a las damas tanto dentro de su casa como en sus trabajos.
Qué poca altura tienen las legisladoras que propusieron ese tonto proyecto de ley, pues todo el mundo sabe que nuestra cultura latina es así y no significa que todos los hombres estamos babeando saliva cuando vemos un trasero o unos bellos pechos en la calle. Es más, distinguidas diputadas de la Asamblea, el panameño ama a la mujer panameña no por su apariencia, sino por lo que tiene en su cabeza (sentimientos, corazón e inteligencia).
De burla, ya en las oficinas se dice que si uno ya le ve ciertas partes del cuerpo a una mujer, es ahora una forma de acoso. Sí es cierto que algunos jefes en los trabajos o empleados compañeros de las mujeres efectúan hechos de verdadero acoso sexual, pero no por eso, ahora todos los hombres de Panamá nos miden con la misma vara, por el capricho de ciertas legisladoras o líderes feministas extremistas.
Partiendo del hecho de que las mujeres panameñas, como hermosas latinas, se visten muy sugestivamente, con minifaldas y blue jeans a la cintura, con camisetas que permiten ver el ombligo afuera, entonces, ¿cómo no van a recibir piropos de los hombres?
No comprendemos cómo en este periodo se ha presentado una serie de leyes totalmente fuera de orden, que todo el mundo sabe que afectarán hasta sus cimientos a la sociedad panameña: Además de la "ley anti-piropos", salió otra ley pidiendo la censura de los medios de comunicación, otra norma que propone la supuesta autorregulación para cerrar televisoras dizque por mostrar las piernas de una mujer o hechos reales de nuestra historia, como los actos violentos, etcétera.
Por el bien de Panamá, exigimos a las legisladoras feministas QUE RETIREN EL PROYECTO DE LEY ANTIPIROPOS y que se discuta una verdadera norma que defienda a las mujeres del acoso laboral. Recordemos que así como sucedió con el bendito Código de la Familia, en vez de ayudar a resolver los problemas del hogar, empeoró el asunto, haciendo fragmentar aún más a la célula básica de nuestra sociedad.
De nuestra parte, aprovecharemos para seguir observando la hermosura de la mujer panameña, antes que otra ley talibana feminista nos impida piropear a las damas, cual sistema extremista religioso de aquellos que hay por allá en las tierras del Oriente Medio y el África. |