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Se dice que desde el hogar aprendemos las conductas que hemos de seguir el resto de la vida. Siendo así, la conducta de aseo, de limpiar y no ensuciar debiera ser una regla general en todos los hogares, pero lamentablemente no es así. Si lo que hacemos en la calle es el reflejo de lo que hacemos en la casa, estamos muy mal en varios aspectos de la vida.
A todas horas se puede observar a personas de todas las edades lanzando basura a la calle. Se hace desde los automóviles, desde los balcones o sencillamente, si vamos caminando, tiramos colillas, envolturas, cáscaras o cualquier desperdicio al piso.
No se tiene conciencia del daño que nos hacemos a la salud de nosotros mismos y al medio ambiente. Para no decir del aspecto estético que se ve trastocado en su pura esencia.
Tenemos una cultura de ensuciar y no limpiar. Cualquier excusa pensamos que es buena y sin ruborizarnos la expresamos, como si no nos percatáramos de lo cínica de la acción. De nada valen las campañas de diferentes entidades acerca del aseo, de la limpieza y del cuidado de entorno o medio ambiente.
Es hora de que cambiemos de actitud, por nuestro bien, por la salud y por el medio ambiente. Nunca es tarde para aprender. Comencemos a ser más aseados, a limpiar y a no ensuciar. |
