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Una veintena de secuestradores suicidas asaltaron un teatro de Moscú, tomando a más de 700 rehenes, y exigen el fin de la guerra de Chechenia. Los asaltantes, de origen checheno, han amenazado con matar a diez rehenes por cada uno de sus hombres que sea abatido por la policía y han prometido volar el edificio junto con los rehenes, en caso de un asalto de la seguridad rusa. Los terroristas pudieron haber soltado a hasta 300 personas, entre niños, musulmanes y oriundos del Cáucaso, a los que permitieron abandonar el teatro.
Se atribuye a Movsar Baráyev, un jefe guerrillero chechén, el mando del grupo suicida que se tomó el teatro moscovita. Este había sido dado por muerto en varias ocasiones por militares rusos. Los terroristas, que según los testigos llevan en cima todos cinturones con explosivo, también han minado las columnas que sustentan el entresuelo y los balcones de la sala, además de otras partes del edificio.
En el teatro se presentaba el musical Nord-Ost, una de las producciones más populares en estos momentos en la capital rusa. El teatro está ubicado en el sudeste de Moscú, en un barrio de clase obrera. |
