La Policía italiana detuvo ayer a 50 presuntos miembros de las familias enfrentadas de la mafia siciliana Capello y Santapaola con el objetivo de evitar la que parecía una inminente guerra para el control de las actividades ilegales.
El fiscal de Catania, Vincenzo Dagata, explicó que el clan del jefe Salvatore Cappello, tenía ya preparados los asesinatos de dos miembros de la histórica familia de los Santapaola, que controla las actividades ilegales en la zona. La investigación cuenta con pruebas que demuestran que un grupo vinculado a Cappello preparaba acciones criminales.