OPINION

INQUIETUDES
Odisea en un hospital del Seguro

linea
Antonio Díaz
Crítica en Línea

El pasado lunes fui trasladado al cuarto de urgencia del Hospital del Seguro Social. Se me bajó la glicemia en un nivel insospechado, a pesar que yo soy diabético y he tenido que acudir a hospitales por el mismo motivo.

Tenía la glucosa en 50 y el desempeño de alerta fue factor en que sobreviviera en mis andanzas por el hospital.

Desde aquí empezó mi odisea por el hospital ya que fui internado con el propósito que se me hiciera una evaluación y se me tomaran toda clase de placas y otros procesos del nivel de azúcar en la sangre.

La primera noche tenía una camilla que se deslizaba por no tener freno. Unas enfermeras que estaban de turno tuvieron la peregrina idea de amarrarme con un lazo en la pierna y las manos para que yo no me pudiera movilizar, a lo que yo protesté porque nunca me imaginé que un método tan inhumano se utilizara en los pacientes del hospital del Seguro Social. Así me mantuve haciendo fuerza hasta que rompí uno de los trapos que me sujetaban, pero esto no fue sino hasta el día siguiente cuando una mano generosa me liberó de mis amarras.

El problema de la camilla seguía vigente y no fue hasta el día siguiente cuando me caí de la misma y tuve más de media hora en el suelo. Nadie se ofreció a levantarme y debo decir que recibí un fuerte golpe en la pierna derecha que hasta el momento me ha dejado adolorido. Salvo raras excepciones, no creo que las atenciones del hospital del Seguro hayan sido las mejores. Groserías y el desdén acostumbrado han sido las tónicas del día.

El miércoles me operaron para hacerme un cateter y no me fue mejor, ya que unas enfermeras se desquitaron al no poderme atender a pesar que les supliqué ayuda, por estar totalmente adolorido y les pedí una acetaminofén la que trajeron después de 4 horas. El jueves solicité a unos empleados de limpieza del hospital ayuda para incorporarme de la cama y se negaron, tuvo que ser otro empleado quien se conmovió de mi causa, el que me ayudó para poder pararme de la cama.

Todo esto ha pasado en una semana de estar en el hospital que es conocido como la antesala de la muerte a juzgar por el trato grosero que le dan a los pacientes. Creo que esto lo ignora el profesor Juan Jované, que debiera darle relaciones humanas a ciertas enfermeras y personal administrativo del hospital.

Los asegurados pagamos por adelantado las prestaciones médicas del Hospital del Seguro Social pero eso no parece entenderlo los empleados administrativos de ese nosocomio que cada día pierde más imagen. El Prof. Jované, en vez de aplicarse como policía de la institución, debiera hacer algo por los medicamentos como Guayacolato, Cofal y hasta alcohol. Es muy triste que usted venga al Seguro y lo traten de esa manera. Si el director del Seguro quiere encontrar la verdad, aquí estoy yo para decírsela.

Esta es una apretada síntesis de lo que me ocurrió en mi periplo por el Hospital del Seguro Social y espero no tener que repetirlo nunca más. No puede ser que habiendo una institución pagada por el pueblo, nos traten de esa manera. Por eso, el pueblo se queja y fomenta las grandes revoluciones porque no les dan respuestas a sus grandes necesidades.

 

volver arriba 

 

 

linea
linea gris

| Primera Plana | Portada | Nacionales | Opinión | Económicas | Mundo |
| Deportes | Provincias | Variedades | Sucesos | Sociales | Ediciones Anteriores |
| Buscador de Noticias | Clasificados Epasa |



bandera de Panama
Ciudad de Panamá
Copyright © 1995-2001 Crítica en Línea-EPASA
Todos los Derechos Reservados