|
El presidente estadounidense, George W. Bush y la acción militar en Afganistán se convirtieron el sábado en el centro de atención de la cumbre de Asia-Pacífico, en la que China pretendía hacer gala de su valor económico teniendo como protagonista al presidente Jiang Zemin.
Parado solo en un atrio de alfombra roja, Jiang saludó uno a uno a los líderes que llegaban a la reunión del fin de semana de Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), que agrupa a 21 países.
Bush ha tratado de convencer a los indecisos países asiáticos que apoyen la campaña militar en Afganistán, pero ha encontrado una férrea resistencia.
Mientras tropas terrestres estadounidenses se unían a la ofensiva por primera vez, Bush escuchó preocupaciones del primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, sobre la muerte de civiles.
"Tuvimos una buena conversación. El primer ministro Mohamad está preocupado por la muerte de gente inocente en Afganistán, y le he asegurado que yo también lo estoy", dijo Bush.
Un portavoz del presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que el mandatario y su colega chino, quienes se reunieron el sábado, quieren que las hostilidades terminen lo antes posible para que se pueda formar un gobierno de coalición.
Indonesia y Malasia, que tienen población de mayoría musulmana, al igual que China, han expresado reservas sobre los ataques contra Afganistán. Indonesia teme una revuelta interna en caso que aumenten las víctimas civiles.
La cumbre emitirá una declaración contra el terrorismo sin hacer referencia a Afganistán o al movimiento del Talibán, que alberga al extremista saudita Osama bin Laden, principal sospechoso de orquestar los atentados suicidas del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.
Una caravana de autos negros trasladó a los líderes invitados hasta el centro de conferencias de Shangai, cuyo perímetro estaba resguardado por un fuerte cordón de policías paramilitares.
La prensa local informó que todo tipo de aeronave, incluyendo globos y avionetas de fumigación, están prohibidas de sobrevolar el espacio aéreo cercano a la sede de la cumbre. En una reunión con ejecutivos de negocios, previa a la cumbre, Bush calificó la guerra contra el terrorismo de "tarea urgente de nuestro tiempo".
"Nuestros enemigos son asesinos con alcance global. Ellos buscan armas para matar a escala mundial. Ahora, todos los países deben oponerse a ese enemigo, porque de lo contrario se convertirá en su objetivo", agregó.
Los atentados del 11 de septiembre han perjudicado las economías asiáticas, que dependen de las exportaciones al mercado estadounidense.
Taiwán y Singapur enfrentan la peor de sus recesiones en décadas.
Los líderes de APEC han tratado de recuperar la confianza de los inversionistas hablando de su fe en el futuro de una región que mueve casi la mitad de comercio mundial y tiene una producción comercial de 60 por ciento.
Bush prometió que Estados Unidos "hará su parte para restablecer el impulso económico para el mundo".
"Mantendremos nuestros mercados abiertos y nuestro país abierto para los negocios", dijo.
"Las bases económicas en Estados Unidos son fuertes y nuestra nación se recuperará", agregó Bush, quien regresará a Washington el domingo, un día antes de los previsto. |