Joan Laporta, ex presidente del Barcelona, protagonizó ayer una extensa conferencia de prensa cargada de reproches contra la actual directiva barcelonista, que le llevará ante los tribunales después de que la asamblea de compromisarios decidiera exigirle responsabilidades por pérdidas contables.
Laporta no se mordió la lengua ante los medios de comunicación, y tildó al actual presidente del Barcelona, Sandro Rosell, de "envidioso, resentido y celoso".
"Solo queremos que nos den la documentación referente a la exposición tendenciosa y demagógica que hizo el representante de KPMG, que entiendo que también es susceptible de solicitarle responsabilidades. Esta maniobra moral e indecente que han sido estas explicaciones sesgadas y sectarias de la 'due diligence' (auditoría pormenorizada) se intentó hacer en perjuicio de todos nosotros", señaló Laporta.
El ex presidente del Barcelona salió a defenderse ante la opinión pública de las acusaciones de la actual junta, en relación a las pérdidas del ejercicio anterior (107 millones de dólares) y al total de sus siete años como presidente (48), motivo por el cual la asamblea de compromisarios decidió emprender acciones legales.
"Estos celos, resentimiento y envidia le debe provocar un mal vivir, y no le deseo esta situación", subrayó.