El 4 de agosto, en la segunda fecha del Torneo Clausura de ANAPROF, Atlético Veragüense, que todavía no había caído en su debacle actual, empató con el Chorrillo, sin goles. Jugaron en el Estadio "Toco Castillo" de la ciudad de Santiago. La conducción estuvo a cargo de Juan Amaya, que debió expulsar al local Juan Rodríguez y a los chorrilleros Roberto Steward y Jaime Cox.
En la sexta etapa del torneo, jugada el 2 de septiembre, cayó otro invicto en el "Camping Resort". Se trataba del Alianza FC, que perdía 0-1 nada menos que en la única victoria obtenida por Atlético Veragüense, y fuera de sus lares, lo que significa que el sufrido público santiagueño no ha tenido la fortuna de verles ganar.
Recordamos, en síntesis, lo sucedido en ese único partido que ganó. A los 45'+1', el colegiado Eric Franí§ois sancionó un penal contra la escuadra interiorana. Lo cobró César Medina, y se lo atajó el portero Florencio Sánchez. A los 58' el silbatero central decretó otro penal, esta vez contra Alianza, que Mario Cox lo convirtió en el único gol de este encuentro. A los 90'+1', el árbitro expulsó al mundialista santiagueño James Brown.
Este año, ANAPROF ha decidido que no habrá ascenso ni descenso, más que nada por el aplazamiento del Campeonato de la Primera División "A", donde varios de los supuestos participantes no cumplieron con las reglas ya establecidas.
Como no hay penas ni sanciones, ni se le aplicará descenso, el Atlético Veragüense ha incurrido en varias faltas.
En el primer equipo del Atlético Veragüense, hay figuras de relieve, que en clubes donde se juega a ganar, podrían sobresalir: los hermanos James y Josué Brown, mundialistas por Panamá; Enzo Salas; Julio Lima, y algunos veteranos de mil batallas, como Jairo Pineda, Lorenzo Sánchez, Edison Romero, etc.
Incluso en la División Reservas, que es un magnífico escaparate para ir mostrando a los jóvenes valores de menos de 19 años, Atlético Veragüense ha perdido por inasistencia en su propio coliseo, hecho para el que no valen indulgencias, y sí, por el contrario, agravantes.
¿Qué pasará con Bolívar González, José Dopeso, Alberto Almanza, Luis Quintero, Arkin Bósquez, Jomag Caballero, etc., jovencitos de 15, 16, 17, 18 años, que veían en esta categoría su porvenir? ¿Será posible que algunos dirigentes sin imaginación ni contactos acaben con los sueños de toda una generación?